En otro capítulo de Tu Nuevo ADN, Andrea Obaid conversó con Ricardo Repenning, sobre la construcción del primer bus a hidrógeno hecho en Chile desde cero, con todos los procesos que aquello involucra desde la logística, las pruebas y el desarrollo científico y tecnológico, entre otras aristas. La iniciativa marca un hito a nivel nacional y tiene un presupuesto de aproximadamente $755 mil dólares, financiado por las diferentes partes detrás del proyecto. Respecto al vehículo como tal, tiene una capacidad para 24 pasajeros y una autonomía que proyecta aproximadamente 450 kilómetros, con una velocidad máxima de 90n km/h. Precisando sobre el bus y su esencia, el invitado mencionó que “funciona con motores eléctricos, pero con la electricidad que lo abastece, en vez de venir de una batería, viene de una celda de hidrógeno”. “Es un dispositivo que toma hidrógeno guardado en un estanque y lo junto con oxígeno del aire. Con eso forma agua y electricidad. Utiliza el hidrógeno como un sistema para almacenar esa energía”, precisó. Bajo la misma línea, hizo hincapié en la seguridad que tiene este proceso a pesar de las dudas y cuestionamientos que surgieron en algún momento. Asimismo, reconoció que “hay que tratarlo con cuidado, porque es un gas inflamable (…) además es inoloro; la gracia que tiene es que es muy volátil”. “Por eso, en el bus que estamos fabricando los estanques van en el techo, entonces, cualquier tipo de fuga no tiene capacidad de que entre dentro del habitáculo de los pasajeros (…) tiene sistemas que van vigilando cualquier tipo de fuga”, añadió. En cuanto a las ventajas y características que tiene este tipo de energía en comparación a las demás alternativas similares, el especialista destacó el kilometraje de autonomía que tiene este bus. “Está pensado para las operaciones que requieren largas distancias”. “Comparado con un bus a diésel, por ejemplo, la gracia es que es cero emisiones, porque ese hidrógeno lo generas con electricidad renovable”, agregó destacando uno de los aspectos más destacados. Etapas del proyecto Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de diseño y se espera que las fases de prueba se realicen a comienzos del 2025. Se debe analizar el funcionamiento de los componentes claves y posteriormente validar el rendimiento en terreno del transporte. “Con esa información, de cuándo hidrógeno consume por kilómetro, es insumo súper importante para después implementarlo en flotas que podrían llegar a ser incluso de transporte público (…) todo depende de cómo evoluciona el precio del hidrógeno verde”, detalló Repenning. Siguiendo con el tema de su implementación, apuntó que “probablemente, las primeras personas que sean trasladadas sean mineros, entre las distintas faenas y sus casas. Pero el objetivo es que también podamos democratizar esta tecnología y llevarlo a distintas comunidades”. Teniendo en cuenta todo esto, el experto involucrado directamente en la iniciativa, enfatizó en que “pensamos en el prototipo, luego en una fase de escalamiento, por lo tanto, vemos que flotas pequeñas podrían estar durante 2026-27; y ya una masificación hacia 2030″. Fuente: ADN