Ad portas de conocer el resultado del trabajo del Comité Estratégico del Hidrógeno Verde -la instancia que reúne a la ex Presidenta Bachelet, ex ministros como Juan Carlos Jobet y Hernán de Solminihac, junto a académicos, autoridades regionales y científicos- el ministro de Energía, Diego Pardow, adelanta parte de sus conclusiones, marcadas por un rol más activo del Estado y el gobierno en acelerar la adopción de este nuevo combustible. Lejos de tomar palco y ser neutral de cara al Hidrógeno Verde (HV), Energía tiene un rol clave y, destaca el titular de la cartera, esto es recogido en los logros del Comité Estratégico. ¿Qué propone esta instancia? Entre otras cosas, crear una regulación ‘habilitante’ que fomente inversiones en este sector energético; impulsar el uso del nuevo combustible en Chile; una política pública para formar el capital humano que se necesita y planificación territorial, de manera de contar con polos de desarrollo de hidrógeno verde en distintas áreas del país, como la Región Metropolitana, Quintero, Bío Bío, el norte minero y Magallanes. Pardow destaca que la entidad conformada en julio de este año logró consensuar una narrativa común en torno a seis dimensiones -ambiental, económica, internacional, capital humano, tecnología y ciudadanía- lo que permite que en un contexto ‘de polarización a los que están sujetos muchos países, no solo Chile (…), contar con una visión estable en el tiempo’. Las cifras de la industria del HV son impactantes. De aquí al 2025, las inversiones suman US$ 5.000 millones. ‘Tanto la Patagonia como en el desierto de Atacama tenemos condiciones naturales únicas en el mundo en cuanto a factores de planta que permiten tener la energía más barata en términos de costo de producción del mundo: US$ US$ 1,5 por kilo de hidrógeno’, sostiene. -Si todo va bien, ¿cuándo podríamos tener la primera operación comercial de HV? -Los proyectos más avanzados contemplan ingresar a tramitación ambiental este año 2023, considerando un par de años de tramitación; en 2025 estarían en construcción y en operación, en 2026. Este es el de HIF Global (US$ 830 millones, se alimentará de la energía renovable del parque eólico Faro del Sur, que aportará 384 MW) en Magallanes. -¿Y cómo estamos respecto del mundo? -Cualquiera de estos proyectos en Chile, de empezar a operar hoy sería el más grande del mundo. En el mundo hay muchos planes y proyectos en fases preliminares de estudio buscando financiamiento. Pero en términos de los proyectos de hoy, la única planta de combustibles sintéticos que está funcionando en el mundo es la de Magallanes, que ya entregó productos a Porsche. Tienen envíos comerciales regulares, pocos digamos, porque es una planta pequeña, una planta demostrativa, pero es la única del mundo. El ministro agrega que ‘Chile tiene varias instalaciones de hidrógeno verde, como la de Walmart en Quilicura (que reemplaza las baterías de plomo-ácido de grúas horquilla por celdas de energía de hidrógeno) y la operación de GasValpo en Coquimbo para distribución de combustible domiciliario’. -¿Por qué era necesario este comité? -La estrategia fue muy exitosa en capturar la atención de potenciales inversionistas. Pero a la hora de que estos proyectos de inversión empiezan a materializarse, necesitamos cambiar un poco el tipo de lenguaje con el cual hablamos, porque cambia la audiencia. Cuando tú le hablas a inversionistas que están tratando de rentar su inversión, es lógico que hables de toneladas de producción. Pero cuando estos proyectos de inversión tratas de llevarlos a un territorio, con vecinos, municipios, autoridades locales, es importante no hablar solamente del resultado del proceso productivo, sino también de los imputs de los factores de producción: empleo, cadenas de valor, pequeñas y medianas empresas, infraestructura. Ahí se vuelve importante generar arraigo, como el que tiene la industria del gas y el petróleo en Magallanes. -¿Cuáles son las principales conclusiones del Comité? -Hay que considerar que la industria del HV se desarrollará dentro de una ventana de oportunidad única para el país, demostrando cómo una industria puede desplegarse siendo un pilar para el crecimiento económico, transitando hacia los más altos estándares ambientales a nivel internacional en la protección de los ecosistemas, haciéndose cargo de sus impactos, aportando al desarrollo local y a la calidad de vida de las comunidades. Una de las conclusiones es que el Estado propiciará condiciones que permitan aumentar la certeza en la viabilidad de la industria y su cadena de valor. -¿Eso significa que el Estado será garante de los acuerdos? -El Estado deberá acompañar a los proyectos que estén en etapas de desarrollo en este periodo, para que puedan incorporar de manera temprana estos desafíos y logren acuerdos. -Eso se ve muy etéreo… -Eso es algo que la gente puede enjuiciar cuando vea el texto. A mi modo de ver, tiene la virtud de transmitir, con un nivel de generalidad que supone un relato, una visión, además de visibilizar ciertas tensiones y cómo resolverlas. Por ejemplo, cuando discutimos sobre sostenibilidad, todos en ese comité, fuimos capaces de acordar que efectivamente había una ventana de oportunidad que hay que aprovechar, sin que el desarrollo de esta industria se transforme en una carrera donde los distintos países del mundo compiten por tener las reglas menos exigentes y se termine sacrificando biodiversidad, por ejemplo. En la síntesis, de ahí resultó la directriz de encomendar al Ministerio de Energía, en particular el hacer el trabajo político buscar acuerdos y viabilizar proyectos. -¿Por qué el Estado tiene que hacerlo? -Chile tiene un sector privado muy dinámico y diverso, pero uno de sus problemas es la falta de coordinación y, por ejemplo, en infraestructura es necesario coordinarse: no podemos llenarnos de desaladoras y la idea es que contemos, en ese mismo ejemplo, con desaladoras multipropósitos. Otra manera concreta es la reutilización de la infraestructura existente, lo que puede traducirse en reconvertir carboneras como las de Tocopilla, Mejillones o Coronel o la de la operación petrolera de Magallanes. En ese sentido, hemos firmado un memorándum de entendimiento con el puerto de Laredo en Magallanes, donde antes se fabricaban las plataformas petroleras, ahora se van a recibir los molinos de viento (se usa energía eólica para convertir el agua en HV). -Hay una dimensión internacional entre las directrices. ¿Por qué incluirla? -Porque esta industria se desarrollará con diversidad de socios y actores comerciales, la neutralidad en el exterior y la competencia del sector. La apertura internacional permitirá al Estado promover el relacionamiento global y el posicionamiento de Chile en el establecimiento de corredores verdes y el encadenamiento productivo. Además, el Estado tiene el rol de generar las condiciones para que la internacionalización del hidrógeno y sus derivados apalanque para Chile el desarrollo de la innovación. -En la reciente cumbre Boric-Biden, ¿el Presidente le pidió a su par norteamericano que lo incluya en la IRA (Inflaction Reduction Act), que permite rebajar costos? -Esto es algo que se está trabajando, hay reuniones técnicas y reuniones para extender la aplicación de estos programas. Pero hay un planteamiento compartido de que no compitamos por captar inversiones, sino que trabajemos de manera complementaria para que el volumen de inversiones en energías limpias, la suma de la cantidad de proyectos, sea mayor. Que esto no sea un juego de suma cero, sino que sea un juego de suma positiva’. El ministro detalla que existen distintos acuerdos con el Ministerio de Economía, Industria y Comercio de Japón; con el banco estatal nipon JBIC, con entidades portuarias de Rotterdam y Amberes y un largo etcétera. fuente: df.cl